¿Así se transfiere la educación?
Sin
dudas eres el mejor. Te gusta cómo se lee aquello, pero eres el mejor. Porque
siempre destacas y estás por encima de los demás. En tu época escolar tu vocabulario era superior al de tus pares,
a la hora de resolver problemas matemáticos siempre el primero en finalizar, nadie
sabía más que tú en química y eso que se llama física era algo ligero para ti.
Así creciste, así varios crecieron, ahora ya son adultos y siguen creyendo que son lo mejor de lo
mejor. La problemática radica es que aún continúan creciendo niños y jóvenes
con dicho modelo.
Pareciera
que en ellos hizo eco una educación de calidad (qué frase más manoseada
últimamente), ya que cuantiosos personajes
defienden a ciegas aquel prototipo de formación. Fomentar una educación
competitiva, disputando inútilmente con
sus compañeros y vanagloriando su
superioridad ante sus propios compañeros. ¿Esa es educación?
“Lo sabe todo, absolutamente todo.
Figúrense lo tonto que será”
Miguel de Unamuno.
Tristemente
apreciamos la soberbia educación, en diversos sitios, ya sea trabajos, medios
de comunicación, colegios e inclusive en núcleos familiares. Una numerosa
responsabilidad de esta soberbia educación la adquieren sus formadores, sus
líderes e incluso padres. Qué duda cabe que en colegios practican esta soberbia
educación. Fomentan el arte de competir por sobre todas las cosas, los doctrinan como si estuviesen en la
hípica. Corriendo por los palos cegados para ganar y sin mirar al que está a su
lado. Parece insólito pero ¿contra quiénes compiten? Acaso contra sus propios
compañeros… Posteriormente, crecerán y serán el fiel reflejo de esta educación
y poco y nada contribuyeran a mejorar la sociedad y con situaciones tan básicas
como nutrir una buena convivencia con
sus pares.
Su
soberbia educación la hace partícipe constantemente en su vida cotidiana, en
lugar que está deja recaer sus aires de superioridad. Tienen que ser el cetro
de atención y si no es así hará todo lo posible por conseguirlo a través de su
arrogancia y soberbia educación. La sabiduría se debe saber utilizar no
desperdiciar.
¿Es
necesario jactarse de sus hechos? ¿Tienen que hacer vox populi de los sabios
que son? Sí el que es culto no necesita alardear de ello al igual de quién es
“bueno para la pelota” no requiere dar declaraciones para reafirmarlo. Ser
culto no puede ser sinónimo de tener derecho a pisotear al que sabe menos. La
cultura se debe fomentar no atormentar.
"Culto no es aquel que lee más
libros. Culto es aquel que es capaz de escuchar al otro".
Eduardo Galeano.
Si
la soberbia educación persiste, ayudará a contribuir a un clima hostil, el cual
favorece al individualismo, ese famoso "yo yo". Poco y nada servirá tanta sabiduría si
constantemente se emprende en recriminar y ufanarse de sus actos. Un baño de
humildad por favor.
Porque
la educación no es sólo absorber y consumir conocimientos sino que también
conlleva a recrearla positivamente ante los demás.